lunes, 6 de junio de 2011

MI HIJO ES UN METALERO

No sé si debo estar orgulloso pero por lo menos, tranquilo. El Toño chico, ya con 15 años, parece que encontró su camino porque se convenció que él no es un reggetonero. Di gracias a Dios por aquello. El caso es que ahora mi primogénito varón es un metalero. Así, tal cual. Es más, ya se está dejando crecer el cabello y está escuchando piezas tales como Iron Maiden, Black Sabbath y Motorhead.
¿Cómo sucedió esto? Por la visita de mi viejo amigo del colegio, Bingo Black Metal, a mi casa en el verano pasado. Claro, él ya no era el flacuchento con mechas largas de nuestros años mozos, sino que un respetable hombre maduro con larga barba y su cabello tomado. Un padre de familia, de hecho vino con su esposa -15 años menor que él. ¿Cómo lo hizo? A mí no me pregunten, no sé nada- y su pequeña hija recién nacida de la cual bromeamos que en las ecografías aparecía con su manito derecha levantada haciendo el símbolo típico metalero, ése de los dedos índice y meñique levantados.
Pues bien, estábamos conversando un trago cuando apareció el Toño con su pinta de reggetonero. Bingo, que es de los que dice las cosas de frente, le dijo: “¿Y de dónde sacaste esa pinta de flaite? Tenís que ser macho, como un rockero”. Parece que esas solas expresiones hicieron efecto en mi hijo, porque se levantó el pantalón y se sacó el jockey que lucía con la visera hacia atrás. Y Bingo comenzó a contarle historias de Ozzy, Metallica y varios más.
Captando que tenía a un nuevo seguidor de su causa, Bingo le prestó –previa autorización mía- los discos de sus próceres. Y mi hijo se entusiasmó. Es más, tomó la guitarra y después de hacer las tareas del colegio pasa un par de horas sacando acordes y perfeccionado su estilo.
Debo admitirlo: hubiera preferido que mi hijo fuera un popero –un póser, como me decía Bingo-. Pero, por lo menos, toca la guitarra. Y tal como su padre –modestamente- se luce ante las féminas de su edad. Incluso, está formando su propio conjunto.
El único tema en que diferimos un tanto fue el asunto del pelo. No es por pica de mi parte porque tengo alopecia sino que quiero que mi cabro se vea bien. Así que Antonio hizo el compromiso de que en el colegio se peinaría decentemente. Claro, porque ahí le dejan usar pelo largo a los varones ya que según los profesores “hay que estar acorde a los tiempos”. Añun no entiendo qué quisieron decir con aquello de "acorde a los nuevos tiempos".
Sea como sea, mi hijo es un metalero. Y se ve bien de jeans, casaca en el tono y polera negra. Por lo menos, ya no luce los pantalones más debajo de la cintura.
¿Su mamá qué dice a todo esto? No le gusta mucho este nuevo look de Antonio. Es que le cuesta un poco admitir que uno de sus “bebés” está creciendo y está encontrando su camino. Cosas de la adolescencia.