miércoles, 13 de mayo de 2009

CÓDIGOS DE UNA FIESTA OCHENTERA (Segunda parte)

Ahora bien, podía haber una tercera pregunta que resultaría crucial y con la cual le moverías el esquema a la chiquilla: “¿Practicai algún deporte?…” Claro, no era lo mismo decir que jugabas fútbol, porque todos los hacen, que decir que jugabas hockey-patín, golf o rodeo. Eso te podía diferenciar de los demás.
La jugada final era el lento, conocido en esos años como “blús”. El sólo hecho de invitar a la damita a bailarlo le daba una impronta de romanticismo al momento. “¿Querís bailar conmigo este blús?...” Ternura al máximo. Aquí tenías que aprovechar los minutos en que duraba la canción para abrazarla y decirle cosas bonitas al oído. Por eso, el temón de Bonny Tyler titulado “Total Eclipse Of The Heart” venía de perillas (de perillas: excelente) porque duraba 5 minutos y 29 segundos. De esos minutos dependías si te daba el teléfono para seguir el cortejo en los días siguientes. Y en una de ésas, terminar en pololeo.

Guitarras y baterías. A todo lo anterior, en la segunda mitad de los 80 se agregó un fenómeno que era inherente a todo carrete. Cerca de la medianoche, la mayoría de los varones sacaba el guitarrista que llevaba dentro, extendiendo el brazo izquierdo y moviendo el derecho a la altura del pecho (obviamente, si era zurdo la posición de los brazos cambiaba) dando a enteder que era un símil de guitarrista. Se agregaba a esto saltos varios y ojos cerrados para dar cuenta que estabas en éxtasis… y de paso, impresionar a la chiquilla con la que danzabas. Un buen porcentaje de quienes practicaban esos movimientos hoy la gozan con el Guitar Hero en el Play Station.
Más aún, con el éxito del grupo argentino GIT en donde resaltaban los sonidos de la batería de Willy Iturri, la guitarra imaginaria fue reemplazada por una batería imaginaria donde el dedo índice de la mano izquierda se movía velozmente, mientras que la mano derecha simulaba golpear una caja marcando el ritmo. Y la chiquilla con la que bailabas, miraba.
Hoy todo eso ha desparecido, porque con esto del reggetón los adolescentes ahora no preguntan si quieren bailar. Simplemente, dicen “te voy a darte la dura…” No hay duda, eran mejores los tiempos de antes.

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