jueves, 7 de mayo de 2009

VISITA A UNA EXPOSICIÓN MUY, MUY LEJANA

Fue un sueño cumplido. ¡Me saqué una foto junto a R2D2 y C3PO! ¡Sí, los mismos de las películas Star Wars!¡Gracias a Dios por favor concebido!
Sucede que apenas supe que habría una exposición con reliquias originales de la película -que me marcó desde que la vi en un ya lejano, lejano 1978 en el antaño Cine Toesca, ahí en Huérfanos- me preparé para ir. Incluso, logré calzar el presupuesto mensual para comprar las entradas.
Bueno, en mis archivos personales son intocables para el resto de mi familia, aparte de mis discos, los VHS y DVD de las seis películas, comics, libros, etc. Y condenado está el que se acerque porque activo mis escudos y lo derribó tal como un caza X lo hace con un caza imperial Tie.
Pues bien, preparé a todo mi clan para que me acompañara bajo el argumento de tener un día familiar. El único que disfrutó totalmente conmigo fue el Antonio chico, hijo de tigre no más. El también es adicto a estas historias, y cuando no viste esa pinta de regggetonero que no me gusta mucho se calza unas poleras con las imágenes de Yoda y de los Stormtroppers. O sea, parecemos maestro jedi y padawan. Y siempre hacemos el show aquel cuando le digo “Yo soy tu padre”, y él grita “Nooooooooo…” como Luke en El Imperio Contraataca.
La Karina y la Nicole fueron porque después iban a aprovechar de pasar al mall a hacer ejercicio de vitrineo. Y el Felipe se unió a ellas, o sea al Lado Oscuro, para ver si su mamá le compraba un juego para el Play Station.
Bastó que ingresáramos al salón de exhibiciones y fue un orgasmo galáctico. Mi cámara digital tenía suficiente memoria para sacar fotos. ¡La aproveché al máximo! El Toño chico, mientras tanto, hizo gala de sus conocimientos tratando de hacerse el lindo con una lolita que oficiaba de anfitriona y que vestía como una de las damas de honor de la Senadora Padmé Amidala. Felipe miraba, preguntaba pero nada más. Y mi par de brujas cuchicheaba entre ellas.
“A ver, ¿qué comadrea el parcito?”, pregunté
“Es que papá… estamos mirando tu cara, pareces niño chico”
“Le contaba a la Nicolito que cuando nació querías bautizarla como Leia. Y yo te tuve que parar el carro ahí mismo en la clínica…”
“Ah sí, me acuerdo. ¿Y no quieres qué hagamos otra guaguita y le ponemos Amidala…?”
“Mi amor, ¿cómo me dices esas cosas delante de la niña?”,
me respondió la Karina sonrojada. Nicole sólo reía…
Para mí y el Toño chico fue notable lo que vivimos. Nos tomamos fotos al lado de todos los escaparates, sobre todo en el de Darth Vader. Pero después, lamentablemente, vino la Venganza de los Sith porque madre, hija e hijo menor exploraron todo el mall en busca de no sé qué. En cambio, padre e hijo del medio se entregaron a la reflexión para no cansarse con tanta caminata, disfrutar la comida chatarra en el Patio de Comidas y conectarse con el lado luminoso de la Fuerza…

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